En general, se alude a Maquiavelo como el teórico del Estado moderno: una organización con el poder de ejercer y controlar el uso de la fuerza en un determinado territorio y contra un pueblo dado.
De esta manera, no puede hablarse de este concepto político, en el que la sociedad se subordina a la instancia estatal, antes del siglo XVI. Eduardo Colombo considera que las organizaciones políticas anteriores al Estado se dividen en tres grandes categorías: la ciudad griega, el reino y el imperio. En los imperios, caracterizados por ocupar grandes extensiones territoriales, y aunque estuvieran dotados de apartado administrativo y sistema jurídico, no existía una gran cohesión social; la participación en el proceso político de la población era, por lo general, bastante baja. Por el contrario, en la polis griega se produce lo contrario: espacio geográfico reducido, población limitada, así como fuertes cohesión y participación política. Lo que caracterizaba al reino, propio de la Europa occidental en la alta Edad Media, era una población con fidelidad hacia un rey (o familia real), sin que el espacio territorial fuera importante; era la antítesis también del Estado moderno, ya que tampoco se creaba en base a instituciones duraderas.
De esta manera, no puede hablarse de este concepto político, en el que la sociedad se subordina a la instancia estatal, antes del siglo XVI. Eduardo Colombo considera que las organizaciones políticas anteriores al Estado se dividen en tres grandes categorías: la ciudad griega, el reino y el imperio. En los imperios, caracterizados por ocupar grandes extensiones territoriales, y aunque estuvieran dotados de apartado administrativo y sistema jurídico, no existía una gran cohesión social; la participación en el proceso político de la población era, por lo general, bastante baja. Por el contrario, en la polis griega se produce lo contrario: espacio geográfico reducido, población limitada, así como fuertes cohesión y participación política. Lo que caracterizaba al reino, propio de la Europa occidental en la alta Edad Media, era una población con fidelidad hacia un rey (o familia real), sin que el espacio territorial fuera importante; era la antítesis también del Estado moderno, ya que tampoco se creaba en base a instituciones duraderas.